Somos una piña. En lo profesional y en lo personal. Quizá por eso seguimos haciendo una Eteria cada vez mejor. Con nuestros momentos buenos y regulares, día a día vamos asentando más esta relación. Está bien de vez en cuando reflexionar sobre ello. Para valorar lo que uno tiene es bueno tomar perspectiva de tanto en tanto. Cruzar el Negrón, que decimos por aquí.
A modo de pequeño homenaje, vamos a hacer un repasito a esta peculiar familia:
Pablo es el artista multidisciplinar, un alma libre y cinemática.
Pedro no pasa mucho por casa, la verdad, pero nos acordamos de él. Un tío inteligente y fino, fino.
Fanjul es un todoterreno achuchable.
Sarai, la pequeña de la casa, siempre tan dicharachera…
Charo es una profesional curtida, pero karateca. Si la pillas de malas, te suelta un mawashi geri.
Graciela es una porteña atípica. Todo dulzura y serenidad.
Rosana, palabras mayores. Qué clase. Siempre encuentra tiempo para todo.
Hay miembros de la familia achuchables y otros a los que les gusta achuchar. Como Ana, donante de ternura.
Julio, un hombre forjado en La Cuenca. Un máquina.
Carlos, un señor mayor a veces y otras, más crío. Un artista frustrado.
David: lo escogimos porque responde perfectamente al perfil de creativo de las revistas de publi.
Henar es un carácter todopoderoso. En el buen sentido.
Carla, supereficaz. Y no me andes con tonterías.
Rosa tiene unos hilos en su despacho que mueve con sabiduría. Y si no, esto no va.
Marta no tiene mucha vista (literalmente), pero tiene todo lo demás.
Amalia es una profesional para enmarcar. Muy dulce, pero a veces… no.
Monchu es un bulldozer que no hace ruido. Él te lo resuelve, no te preocupes.
Elena es un diamante en bruto que estamos puliendo… hasta que ella nos pula a nosotros.
Alejandro es resistencia, pundonor y sonrisa.
Todos ellos te mandan un caluroso saludo. Si los necesitas, por aquí andan, siempre a tus pies.